miércoles, 23 de enero de 2008

Heródoto de Halicarnaso


(aproximadamente 484-425 a.C.) va más allá de la explicación racionalista de los mitos, de la anotación a modo de crónica, de la descripción geográfica, de la curiosidad etnológica. Cicerón lo llama "el Padre de la Historia": tiene conciencia de las relaciones históricas de la cultura y escribe la primera historia universal basada en efectos causales. Es contemporáneo no sólo de los grandes trágicos áticos y de los sofistas, sino también del choque entre el mundo persa y el griego, que despierta el sentido histórico. Heródoto viaja por los escenarios de los hechos y escribe con una mezcla de fe y de crítica, de respeto religioso y de curiosidad ingenua, de gusto por la plática localista y de una visión mundialsorprendentemente amplia, tan pronto en el tono del cantor sacerdotal, como en el del observador realita, o del taimado relator de leyendas.